Siempre llegas cuando no estoy,
Cuando me vengo en un pedazo de papel,
Cuando mis lágrimas son de cocodrilo,
y mi ánimo es como el de un enemigo.
Nunca estás para mí,
solo cuando hay un shot de alcohol de por medio.
Y te veo y eres peor que mil cubos de hielo,
a diferencia que los cubos por lo menos se derriten.
Y tus temores yo los conozco,
sin embargo, no te los digo para no amargarte la vida.
Aunque yo sé muy bien que tu fuiste el perdedor,
al no probar la miel de aquel panal,
el cual se secó y se hizo polvo,
en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme.
Y no sé que decir,
cuando me pavoneó con mis trofeos,
y tu eres mayor que todos mis deseos,
lo siento,
yo si tengo vida,
ahí estaré para ayudarte,
pero no todo el tiempo.
martes, 11 de septiembre de 2012
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