Las lágrimas del sol espían mis más profundos miedos
Y llegas, con tus palabras afiladas a pintar de gris mi mural canalla de recuerdos y vestiduras rasgadas,
Te aglomeras en mi almohada,
Duermes en mi sueño débil,
y amalgamas tus miradas hacia el norte de mi cuerpo,
Hacia el sur de mis andanzas,
Muerdes los globos del lamento,
pero el aire que sale de ellos no los hace sentirse más vivos,
los arrugas lentamente,
y te dejas de mi aliento el más profundo manjar de palabras agridulces para comerte el frío viento,
Duerme nena, duerme, descansa en paz tu cuerpo.
martes, 24 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Acabo de conocer el blog y he estado leyendo varios de los poemas, muy buenos x cierto.
ResponderEliminarVoy a seguir pasando de vez en cuando.