martes, 11 de septiembre de 2012

Cero a la derecha

Hoy me levanté y me sentí un cero a la derecha,
El frío no me causaba alergia,
y el poco sol de la mañana era suficiente para calentarme.

Hoy me levanté y me sentí un cero a la derecha,
hoy soy el rompecabezas que nadie logró armar en su vida,
soy aquella canción que te trae estrellas verdes y azules a la mente.

Hoy me levanté y sigo siendo un cero a la derecha,
hoy soy el aire fresco que entra por esa ventana gris,
soy el beso que siempre has deseado que te den.

Hoy me levanté y creo firmemente ser otro cero más a la derecha,
hoy soy ese cuerpo que siempre has querido se levante a la par tuya,
hoy soy la cola de un perro cuando ve a su dueño.

Hoy me levanté y fui el cero a la derecha,
hoy fui la cabellera enredada de un niño sin madre,
fui todas las personas que has extrañado toda la vida.

Hoy me levanté y fui el cero más grande que una derecha puede tener,
hoy fui el sueño mojado de un padre Católico, fui el instinto carnívoro de un vegetariano,
Fui y soy y nunca lo he dejado de ser.

Sombra

Cuando se levantó,
busco desesperadamente su sombra,
la necesitaba para cubrir su humillación, para poder protegerse de los cuervos,
para poder coserla a sus pies y seguir caminando.
Buscaba su sombra para disimular su olor a maldad,
para disimular la sonrisa de dolor que tenía;
la ocupaba coser a sus pies, a sus brazos, a sus dientes y a su joroba.
Pero no podía encontrar su sombra,
la había dejado colgada en la parte más alta de un monte Venus.
¡Oh no! ¡Aquel monte de Venus!
¿Ahora qué iba decir su querida esposa?

Necio

Y ahí estaba yo,
sentado, con una necedad mental,
con esa ofuscación maternal,
esos pensamientos que le dan vuelta al cerebro
en forma de cuchillos filosos,
esos que se clavan en medio del mar,
ahí sigo yo,
no hay nada que hacer,
por mas que me digas y me digan,
colmenas de abejas salen de mi boca, y ando detrás de eso
como un animal que no puede cazar su presa,
ahí sigo yo,
como un abejón de mayo, como una luciérnaga apagada,
no hay más que decir,
ni las señas que hago al cielo con mis manos me van a curar,
pero ahí sigo yo,
como una madre necia que recuerda a su hijo que tiene que hacer,
ahí estoy yo,
piso la misma porquería con el mismo zapato, con los mismos ojos,
ahí sigo yo,
solo las ganas de querer gritar me hacen pensar,
ahí sigo yo,
y ahí sigo yo,
terco, necio, malhumorado, decepcionado,
hecho un drama griego, y el héroe dónde está?
ni con un rosario se puede curar,
porque ahí sigo yo,
ni el Dios de mis amigos,
ni el dios del azar,
va quitarme de esto de la cabeza,
que no me deja fantasear,
porque? porque?
porque ahí sigo yo...

Uno pequeño

Y se levantó,
Se vio al espejo y dijo:
¡Oh gente que cree que uno es pequeño!
Sintió el frío gris de la pólvora por su cuerpo,
jalo el gatillo,
y la bala q le traspaso,
le traspaso mucho más que el cerebro,
le traspaso el alma...

Místico

Un espíritu en pena
el cual busca camino
ha regresado para encontrar
la luz que alumbre un nuevo destino.

Luz sin sombra
inmutable, me persigue por todas partes
Aléjate y deja en paz
al pobre caminante.

Cúbreme y enséñame
tu plan maestro
exímeme y demuéstrame
¿de qué estás hecho?

¿Qué quieres de mí?
¿Qué quieres que haga?
Ahora que creo en ti
Refleja tus palabras.

Dame una señal
te lo ruego,
que el futuro se aproxima
y no encuentro mi tesoro.

Me asombra cuando no dices nada
Me dejas sin aliento
me haces sufrir
mucho mucho poco poco.

La noche atrapa callada
tal vez no habrá mañana
el camino ciego, y yo
ya no sé lo que quiero.

Pesadilla

Los demonios vestidos de blanco
nos auguran el final,
Tienes certeza de que estás en ti
pero no has terminado de llorar.
Los dientes se te caen
y te vas a transformar tarde o temprano
en ese ser humano que odiaras,
me pongo mi máscara del lunes
para disimular mis nervios,
me pongo mi máscara de miedo
para demostrar mi valor.
Le huyo a "hablar"
y cada vez que escribo algo,
tiene que ver con con "gritar".
Me transgredo al grado más íntimo de mi estupidez
para poder convecerme a mi mismo
que la persona que veo no es la que siempre me persigue,
que es un producto de mi imaginación al igual que lo son:
el estrés, el miedo y las ganas de triunfar...

Un poco de esperanza....

Y la luz al final del túnel se aproxima,
y esa luz alumbra nuestras ilusiones,
¿será acaso que la esperanza siempre está ahi pero siempre la ignoramos?
La mente es poderosa,
puede convertir un problema insignificante
en un problema muy grave,
puede disminuir los miedos en un instante.
De nada sirve sentarse a llorar
si en realidad lo puedes lograr,
morir en el intento es de grandes,
llorar sin intentar es de cobardes.
Deja de lado la mentalidad negativa,
enfoca la energía positivamente,
creer que uno va alcanzar un logro no es arrogancia,
en cambio creer que uno no lo va lograr es un PECADO.
Y no te quejes por lo que no tienes,
mejor consigue lo que tienes al frente.
No esperes que alguien crea en ti,
empieza por creer en ti mismo,
porque la luz se apaga y tu eres el único,
el único, que puede mantenerla encendida.
Entonces, en cual de los dos eres?
¿Los que apagan su propia luz o los que luchan por tenerla encendida?

Yo, mi, mi mismo

Soy de pensamiento bipolar,
negativo y positivo,
Soy de dulzura de limón,
mi humor es como una montaña rusa,
duermo de vez en cuando,
duermo cuando los pensamientos se apagan
y el estrés descansa.
Soy muy normal,
tan normal que a veces no sé la respuesta de todo.
A veces me imagino el mundo como otros quieren,
a veces imagino que el mundo es mío,
que es de caramelo y un poco de condimento.
Sueño de día,
pienso de noche,
me alimento del viento cuando no hay nada que vivir.
Me divierte el invierno,
las gotas de agua mojan mis zapatos
y borran mi memoria poco a poco.
Soy una persona con alma,
me gusta el sol abrazador que entre por mi ventana,
odio la envidiosa brisa fría del dolor,
y pido ayuda cuando no es necesario,
lo hago para sentirme bien,
simplemente para sentirme bien.

Pensamiento

Canción del adiós,
de las presiones que no puedes soportar,
de la eterna soledad,
tu compañera del más allá,
la cual se te une esta noche,
Canción del adiós,
de ver el día gris y azul,
de la luna que sube y baja
para alterarnos el ego,
Pesar o actuar?
He ahí el dilema,
Canción del adiós,
los pensamientos nadan en lodo,
tú nadaras en lodo,
dejaras de ser para llegar a creer,
dejaras de llorar para llegar a dormir,
Canción del adiós...

Desesperanza bicolor

Y es ahí cuando entiendes que la vida,
está llena de miedos y verdades,
de blanco y negro,
y cuando tocas fondo siempre hay un empujón,
un empujón hacia arriba,
y en esos tiempos negros,
surgen las creencias,
aquellas que habías dejado en el baúl,
el baúl que está a la par del libro de catecismo,
y es ahí cuando te preguntas,
¿Por qué a mí?
De tantas personas en el mundo,
¿Por qué a mí?
Y te comes las uñas hasta las entrañas,
y saboreas el polvo poco a poco,
y muerdes tus propias palabras,
y es ahí cuando te preguntas,
¿Qué tiene sentido?
En sí ¿Qué tiene sentido?
No duermes para triunfar,
y cuando triunfas dejas de soñar,
Mueres cada día para vivir a medias
una vida gris y verde,
como un hongo que se va pudriendo,
se va pudriendo poco a poco
en el rincón de tu oscuro cuarto...
llamado vida...

¿Hablar, correr o vivir?

Tengo algo importante que decir,
no sé cómo decirlo pero es relevante.
Tengo un asunto importante que mencionar,
es tan relevante que no sé cómo empezar.
Pienso y pienso y no hay forma de decirlo,
y tengo tantas ganas de decirlo,
que ya se me olvido hablar.
Y tengo ganas de salir corriendo,
pero no me acuerdo como correr.
Y tengo tantas ganas de vivir,
que ya se me olvido como vivir.
Tengo tantas ganas de hablar, de correr, de vivir,
pero ya se me olvido como....

Individualista

Siempre llegas cuando no estoy,
Cuando me vengo en un pedazo de papel,
Cuando mis lágrimas son de cocodrilo,
y mi ánimo es como el de un enemigo.
Nunca estás para mí,
solo cuando hay un shot de alcohol de por medio.
Y te veo y eres peor que mil cubos de hielo,
a diferencia que los cubos por lo menos se derriten.
Y tus temores yo los conozco,
sin embargo, no te los digo para no amargarte la vida.
Aunque yo sé muy bien que tu fuiste el perdedor,
al no probar la miel de aquel panal,
el cual se secó y se hizo polvo,
en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme.
Y no sé que decir,
cuando me pavoneó con mis trofeos,
y tu eres mayor que todos mis deseos,
lo siento,
yo si tengo vida,
ahí estaré para ayudarte,
pero no todo el tiempo.

Problemas Líquidos

Las gotas de lluvia caen justo
como los problemas líquidos que viven en mi cabeza,
me mojan, me empapan hasta el alma,
y no tengo un paraguas para cubrirme.
Busco refugio en el balcón,
un lugar donde colgar el viejo abrigo de mi corazón,
un lugar donde poner las agonizantes preocupaciones,
un amparo, un escudo de carne, una vena de vida.
Quisiera tenerte en blanco,
en esencia de virtud,
llenarte de esperanza,
y decirte todo lo que no me dicen,
darte todo lo que no me dan,
reconocer todo lo que no me reconocen,
todo lo bueno que puedes dar,
el corazón es grande y la esperanza:
Está gloriosamente triste.

No existe el cielo, ni el infierno, solo YO

A los diecisiete años, Carlos era una persona común y silvestre de una familia muy católica. Él estaba terminando el cole y tenía esperanzas de entrar a la Universidad a estudiar una carrera. Era un muchacho delgado y un poco tímido, nunca había besado a una mujer y estaba muy lejos de haber probado una cerveza o el sexo. Carlos logró entrar a la Universidad y esperaba con ansias el primer día de clases. Era un mundo completamente nuevo para él. Gente con apariencia extraña: metaleros, hippies, fresas, y política de izquierda fue lo que se encontró en los pasillos de la universidad. Todo esto le cambió la vida. A los dieciocho años, él probo su primera cerveza en un bar mal oliente, el cual se ubicada por la Universidad. Por primera vez sus labios tocaron el pecaminoso sabor de una cerveza. Asimismo, una muchacha alta y rubia estaba interesada en él, no obstante, él nunca se le había declarado a una mujer y aunque le parecía muy atractiva solo pudo besarla una vez. El cabello largo no lo dejaba socializar con mujeres bonitas según los parámetros de belleza que tenía ella. A los diecinueve años, ya no era tan flaco y parecía tener éxito con las mujeres. Carlos había tirado sus prejuicios religiosos por el retrete y había decidido crear su propia religión: un cuerpo de mujer, y alcohol. Carlos pasaba la mayoría del tiempo en bares, salía con sus amigos y se embriaga hasta vomitar el alma. A los veintiún años, Carlos estaba más grueso y sus salidas no eran tan frecuentes; no obstante, sus flirteos eran más constantes que nunca. En este punto de su vida, Carlos se dio cuenta que el mundo estaba en sus manos, podía tener acceso a cualquier mujer porque se había vuelto una persona más extrovertida y segura de si mismo. Sin embargo, sus amigos y familiares le decían: “Carlos has subido de peso, y has perdido libertad”. Carlos se preguntaba que querían decir cuando le decían que había perdido libertad hasta que una vez su tío Ramiro le regaló una Biblia para su cumpleaños. Todo tenía sentido para él excepto la religión. Los únicos templos que Carlos visitaba eran los poros de una mujer. Su peso aumentaba, su experiencia también y su deseo por conocer a un señor barbudo de Jerusalén era casi nulo. A los veintidós años, Carlos era más gordo, su familia lo molestaba y sus amigos no le decían nada pero se reían de él por detrás. El hecho de que Carlos haya subido tanto de peso significaba un asunto de suma importancia para todos los demás. Sin embargo, Carlos seguía con su religión. Adoraba los hermosos pechos de una mujer mientras su globo de la fe cristiana se iba desinflando poco a poco. A los veintitrés años, Carlos seguía su vida “normal”. Un día lluvioso iba ir donde una de sus novias en una de esas visitas que él acostumbraba a hacer. Ese día, Carlos llegó y le rezó a su única diosa, la besó, la acarició, y le dijo después de haber realizado la máxima reverencia a un templo de piel dijo: “si muriera hoy, moriría en paz, porque lo que he vivido hasta ahora, no lo cambió ni por una Biblia, no existe el cielo ni el infierno, solo existo yo, nadie va vivir por mí, ¿por qué tengo que vivir por alguien?” Su novia le tomó la mano lo besó y se durmió. Tiempo más tarde, Carlos se fue y en el camino fue atropellado por un carro y murió. Muchos de sus amigos dicen que murió porque estaba un poco obeso, otros dicen que porque no leyó nunca la Biblia, otros dicen que probablemente murió en pecado. No obstante, digan lo que digan, Carlos murió adorando lo que él creía era lo más importante en su vida, un templo de piel.

La composición Perfecta

Roberto era un pianista inminente en su pueblo. Él era un señor alto, de nariz respingada, andaba siempre ropa sucia y tenía el cabello largo y colocho. Había estudiado música en muchos países y se había convertido en una eminencia musical a nivel mundial. Él era un músico carismático y todo un personaje. Tenía una capacidad auditiva increíble y creaba tonadas que solo Dios podía llegar a entender y sus adeptos solo llegar a admirar. Era un músico peculiar, se caracterizaba por ser muy exigente. Cabe decir que Roberto nunca tocaba una canción más de dos veces. La primera era la vez que la componía y la segunda era en el concierto. Sus conciertos era un éxito, pero se daban dos veces al mes nada más debido a que Roberto era muy perfeccionista. Sus seguidores no podían comprar sus discos porque a él no le gustaba que sus canciones fueran interpretadas dos veces. En sus conciertos no dejaban tomar fotos y no permitían celulares para evitar que alguien grabara las canciones. Todo esto era a petición de Roberto. Era un día de verano y Roberto se preparaba para su presentación de la noche. Todo lo que Roberto hacia antes de un concierto era un ritual preciso y era su costumbre desde el primer concierto que había dado. Lo primero que hacía era sus posiciones de yoga. Posteriormente, se tomaba un te y prendía un incienso para poder calmarse. Posteriormente, tomaba una siesta, se despertaba y se bañaba dos veces, porque según Roberto, la primera se quitaba la suciedad y en la segunda se limpiaba el alma. Sin embargo, ese día Roberto se sentía un poco mareado. No había sido su mejor preparación previa a un concierto. Había algo que le molestaba pero no sabía que. Por otra parte, el anfiteatro estaba repleto y la gente impaciente esperaba que el compositor e intérprete saliera y los deleitara con sus melodías. Roberto salió, hizo tronar sus dedos pero algo estaba mal. Estaba sudando como nunca y se sentía nervioso. Algo inusual en todos los conciertos que Roberto había dado. Empezó las tonadas de la primera canción, y como de costumbre tomó la partitura y la arrugo. Una canción más que se agregaba a su itinerario de canciones que nunca va volver a tocar. Cuando toco la segunda pieza, se empezó a sentir muy mareado. Terminó y volvió a desechar la partitura de la canción. Roberto tuvo que pedir un receso, salió a tomar aire entro a su camerino y saco una caja y la guardo en su saco. Era una caja pequeña y dorada. Luego entro al escenario, la gente estaba consternada. Esto no era algo común de Roberto, sus seguidores más fieles lo habían visto en miles de conciertos y nunca le había pasado algo así. Roberto pidió disculpas y tomó asiento, puso la partitura en el pedestal y empezó la tercera tonada. Era una tonada muy feliz y contrastaba fuertemente con la cara de Roberto. Él sabía que algo estaba mal en su composición y así como avanzaba la pieza más disconforme se sentía. Esta no parecía una composición de Roberto, tenía errores, ¿de dónde vienen estos errores? ¿Ya no soy perfecto? ¿y ahora qué hago? Terminó la canción, los aplausos se veían venir, cuando Roberto, con su mano temblorosa, saco la caja de la bolsa de su saco, la abrió y era una pequeña pistola, un poco imperfecta para el gusto de Roberto, la puso en su cabeza y jalo el gatillo. La gente estaba aterrorizada, a ellos les había encantado la tercera composición de Roberto, sin embargo, la cabeza de Roberto ya yacía sobre la partitura y la sangre manchaba poco a poco la misma.